domingo, junio 25, 2006


una vez más a Paola

Tengo sueño otra vez,veo a lo lejos siluetas que danzanalrededor de un fuego eterno,son blancas y negras,largas y cortas,pero todas... todas son hermosas,contorsionan su cuerpo hasta sentir el deliriogritan y saltan,corren y caen,lloran, copulany luego me ven...una se acerca lenta e irresponsablementeentonces comienzo a vercabello hasta los hombros,delgada cintura,se mueve con increíble sensualidady me lleva al nirvana...está más cerca,sus ojos son de fuego,ya no es una siluetay siento miedo,se mueve entre lo apolinio y lo dionisiaco,ya la he visto antes,estoy inmóvil y prófugo,incólume y desbordado,se detiene frente a mí...siento sus helados dedos en mi rostro,mi rostro que arde incesante,me besa y sus labios son de seday saben a opio,y me enseña un lenguaje universal,y lo hablo con dios y con Diosy ya no quiero hablar másentonces me entrego indefenso a sus caprichos...tengo sueño otra vez,veo a lo lejos una siluetaque me mira mientras danzoalrededor de un fuego eterno...

lunes, junio 19, 2006

XVIII


Para terminar la noche sin cuervos,
para evitar la caída del reino,
solicito al juez y su jurado
nociones de tus caricias y besos.

Un rastro brillante de girasoles,
un esbozo de tu cuerpo único,
la semblanza de tus cristales pardos,
la sospecha de tus sueños sensibles.

Para evitar la quema de Roma,
solicito, no sólo tu imagen,
no sólo el recuerdo del Edén,
exijo tan bien tu cuerpo, sophia.

sábado, junio 10, 2006

Discurso de "El Gran Dictador" Fragmento





“Lo siento, pero no quiero ser emperador. No es lo mío. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todo el mundo -si fuera posible-, a judíos, gentiles, negros, blancos. Todos nosotros queremos ayudarnos mutuamente.Los seres humanos somos así. Queremos vivir para la felicidad y no para la miseria ajenas. No queremos odiarnos y despreciarnos mutuamente. En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede proveer a todos.“El camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido el camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado al paso de la oca a la miseria y a la matanza. Hemos aumentado la velocidad. Pero nos hemos encerrado nosotros mismos dentro de ella. La maquinaria, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo se perderá”. “El avión y la radio nos han aproximado más. La verdadera naturaleza de estos adelantos clama por la bondad en el hombre, clama por la fraternidad universal, por la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz está llegando a millones de seres de todo el mundo, a millones de hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que tortura a los hombres y encarcela a las personas inocentes. A aquellos que puedan oirme, les digo: “No desesperéis”. La desgracia que nos ha caído encima no es más que el paso de la avaricia, la amargura de los hombres, que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores morirán, y el poder que arrebataron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás”.

Es un fragmento de Charles Chaplin en su conocida pelicula "El Gran Dictador" un texto bellisimo para una bellisima pelicula.

domingo, junio 04, 2006

Habito


Desde 1981 habito en un mundo extraño, tan extraño es este triste mundito que resulta ser más real lo que aparece en las pantallas de cine que en mi cotidiana experiencia, valga decir que 24 años es poco o nada comparándolo con la matusalenica edad de Álvaro Mutis, residente desde 1923, y es que releyendo algunos de sus versos y ahora que compre el libro de este escritor publicado por la UN lo tengo bastante cerca de mis referentes. Entendamos que no se trata de negar la realidad, esa tediosa realidad que se nos convierte en cierta no solo a través de la pantalla de televisión en horario de noticiero, si no más bien a cada salida y tropiezo con un sin fin de desdichados, esos que conocí primero en las pantallas que en el asfalto puro y duro de mi ciudad. Los indígenas que me mostraban las peliculitas estadounidenses no se llamaban indígenas, eran salvajes... los malos eran rusos o alemanes, también estaban los buenos amarillos que de arroz si sabían y parece era la única razón para no exterminarlos, porque para chop suei no hay quien les gane. Era mucho más sencillo entender el mal delimitado por las fronteras, el acento brusco y la bandera roja... y tan seguros bajo el fusil aun humeante de Rambo, o Comando o cualquier superman bizarro que creaban para sentirse nuestros padres protectores, y claro, ante tal tranquilidad nos pusimos a leer, nos pusimos mis libros y yo porque parece que en mi generación esa es una practica arcaica o propia de iniciados en un club subterráneo y misterioso. El caso es que mientras más leía más extraño era todo, decidí no tomar muy en cuenta la realidad que me mostraba mi calle de ladronzuelos rapaces y puticas jóvenes y baratas, a fin de cuentas afuera estaban los sheriffs de las películas.
Baudelaire me hablaba de unos mendigos que para mi solo eran posibles en una Francia lejana, húmeda y sucia, Gorki pasaba junto a mi en unos caballos gigantescos y magníficos, solo posibles antes que esa mala gente se volviera comunista y asesina y demente y peligrosa y un sin fin de yes.

Así crecí entre unos libros viejos o viejos los autores, pero como no solo de literatura vive el hombre fui de nuevo al cine, o el cine vino a mi, que para el caso es lo mismo, y vi volar una estatua de Lennin por el centro de Berlín, y colgaban pancartas de coca cola en las paredes, y los carros suntuosos y brillantes a los que yo me había acostumbrado, los vi mezclarse con esos vejestorios Lada o similares propios de los anacrónicos dementes.
Supe también de casas en las que las dagas volaban, o viajeros y magos que aunque ni chinos, ni japoneses, si amarillos y oji rasgados que nadie tubo la decencia de presentarme y los asimile como malvados.

El mundo del bien y del mal del que a esta altura yo ya sospechaba, se termino de ir al suelo cuando desde la cuna de mis antiguos héroes cinematográficos, me mostraban como juegos pirotécnicos un sin fin de lucecitas que acababan con Simbad y mis mil noches y una noche de fantástica lectura.

Supe entonces que como a Casiopea, se me había hecho tarde, que la guerra había terminado o apenas comenzado, y que esta vez iba en serio, y que ya no tenia quien me protegiera, o a quien mirar con el odio de otros tiempos.

Amenaza


Bajo las uñas guardo el recuerdo de su cuerpo,
sus gemidos en las puertas y en las hojas,
parto de huida y nacimiento,
su presencia se promete en cada sombra,
cada destello me evidencia,
me sumerjo en las paredes, ajenjo, crepúsculo,
Damian que de mis rejas cuida, soy incapaz de regalar mi aroma,
ahora he sido enclaustrado en su perfume,
suyo de arte a parte,
qué de mi cuerpo me pertenece ahora,
estas lineas son casi femeninas.

París


Aún arde París de deliciosos olores y sabores?
Aun pululan los maravillosos espíritus de Baudelaire o Rambaud?
Se ve escondiéndose en las esquinas a Mallarme?
Se sigue pintando con pinceles o cinceles las viejas calles de Paris?
Cuentame como va Suskin, ya encontró en tu piel el perfume deseado?

Midas


De un tiempo a esta parte me carcome la duda, ¿si no me hubiese ido? ¿qué tan lejos hubiesemos llegado? me fui un poco por ti y otro tanto por mi, me hundía y en mi caída te llevaba conmigo, es cierto que puede ser un argumento falaz para distraer mi temor a la lucha conjunta y una derrota mayor, que puedo esperar más que sangre donde los cultivos tienen como alimento huesos y tristeza, que podía esperar de nuestro destino si siempre el sino se empeña en cegarnos como a Edipo, una noche precede a la otra, nos arrebataron el sol con alevosía. Lamento causar dolores, pero creo firmemente en que siempre serán menores frente al desamor inevitable, partir antes que la lluvia arrecie, dejar los edificios antes que verlos arder, una suave eutanasia antes que el cáncer devore, perdona mi ausencia, siempre has tenido la magia, siempre soñaste con cosas que para mi son quimera vana, absurdo sería decir que no te amo, pero se me atragantan las palabras, malvivientes me ahogan, me precede la miseria, soy una suerte de Midas a la inversa pero con iguales resultados.

Farsalia


Cuanto duele saberse traicionado por los más queridos, rabia inmensa y dolor fuerte, de lágrimas ya no podemos saber y siguen brotando a raudales, riela la tristeza en cada gota que rueda por el rostro, un vacío estomacal como de hambre desconocida, insaciable con la pobre comidita del cuerpo, ávida de abrazos y caricias, pero de quién si todos se vuelven sospechosos de posible afrenta, luego la soledad inmensa, ese otro vacío más profundo que deja prófugo al cariño y proscrita a la ternura.
No podemos asegurar nada de nadie, más valdría desde siempre la precaución de no entregar el corazón, lobos famélicos acechan desde siempre.

Luego alguien se acerca con una sonrisa milagrosa como la tuya y no queda más remedio que rendirse, volver a creer que vale la pena arriesgar la carne, la sangre y el aliento, como dicen en la nacho, por la vida hasta la vida misma , dejar que fluyan libres los perfumes del cuerpo hacia donde un extraño magnetismo halan, mejor si hay de por medio una piel como la tuya, una voz como la tuya, una luz como la tuya.

Hablo de mi, de mis mil y un decepciones con esta raza de lobos en jauría, de esta horda infame que se empeña en rasgar mis vestidos y saciar su sed con mi llanto, hablo del dolor de todos, del perdón atravez de la redención de un ser mágico, para unos un tal Jesús de Belén, para otros Mahoma, para mi una libélula carnívora y veloz, maravillosa asesina de tristezas.

Nocturno


cadencioso aroma de viejos habitantes,
se va abriendo con el alba tu manto, voladora,
carnivora, fulminante destello de los cerros orientales,
Serpenteas en mis dedos con pausa lujuriosa,
me acechas desde los rincones de un animal blanco,
frivolo residente de una tierra en llamas,
espectro de las luces que en otro mundo brillan,
colmado de improperios, vetusto por sables oxidados,
relamiendose las fauses de los versos devorados.
Asaltas mi refugio antaño solitario,
derramas hadas, duendes y angeles perdidos
en la ambrosia de tus pechos,
Me embistes con destinos de odiseo siempre ausente,
me condenas a vagar por tu espesura.
Hola... momento, estoy a punto de encender el cigarro que tengo entre mis labios.... NO DEBES FUMAR EN LA EMISORA, HEY ES EN SERIO; APÁGALO YA... si ya voy, ya abrí la puerta, guau, que noche fabulosa, la viste? La luces se entrelazan sobre los tejados, escenario perfecto para gatos noctámbulos, expertos en pericias amatorias sobre tejas fracturadas por el tiempo. La música de las cigarras tengo que traerla de los recuerdos porque aquí no suenan mucho más que autos y claro la emisora. En Caracas era bello el ulular casi agobiante de las cigarras, y como una cosa lleva a la otra ahora recuerdo mi caballo al que le tenia un pánico tremendo, luego aprendí a casi soltar las riendas y dejar que me llevara a los lugares que él prefería, alguna vez galope a pelo, fue maravilloso sentir su pelo en mis piernas, la brisa caliente de los llanos, el agua clara de un arroyo que cruzaba por la finca (hacienda sería pretencioso aunque tenia 22 hectáreas), luego y un poco más reciente, las visitas a Anolaima, la finca que aun tiene mi tío y que se reduce a dos fanegadas (¿cuánto es una fanegada?) llena de naranjos y mandarinos y maizales donde esconderse, hasta que el olor de la gallina fresca se colaba por las sendas y ya no había remedio, correr colina arriba a comer, la leña crepitando entre el fogón, la sonrisa infinita de mi madre, mi abuela que pasaba entre las manos una paz que sólo se gana con los años (o esa es la esperanza), el jugo de naranja, la mazorca en el asador, el platanito indispensable, el consomé de la gallinita tan amable, luego la llovizna densa que invita a dormir un ratito, el silencio acompañado por los pájaros, el perro que a lo lejos, las rancheras de mi tío, el café con panela, mmm, dónde está todo eso ahora? creo que a los 24 años he perdido más cosas de las que debí, o las cambie por una calma chicha que sólo se compensa con los brazos de la amada. No sabia que tuviera tan buenos recuerdos, ese palpitar indómito que tengo entre pecho y espalda fue un regalo de un galopar antiguo, es cierto que mi caballo era más un rocín que una babieca pero era mío en un lugar al que ya nadie podrá entrar a hurtar, imagino que luego con más canas y más mediaszuelas en mi alma estos serán también gratos recuerdos, una mujer maravillosa con quien conversar, vía mail, telefónica, o face to face.

Tengo

Tengo un gato triste dibujado en la pared
si te fijas en su pelo
encontraras las huellas de tus manos
Tengo una mariposa bailadora,
llena de una nostalgia abrumadora,
tiene entre sus alas el aroma
de los besos y los ojos de una suerte de gitana.
Tengo la más bella de las hadas
que revolotea en la ventana
a la espera de noticias
que me trae la mañana.
Tengo tanta y tanta soledad acumulada
que tus besos me urgen
que mis caricias te llaman
dónde te escondes
libélula de praderas encantadas.